viernes, 30 de diciembre de 2016

Un beso de esos.

Verónica Clavero Montero©.







"Un beso de esos"

Bésame descalza y de puntillas,
O súbete sin miedo a cualquier silla.
Bésame con prisa, da igual si me atosigas
Y entre tanto dame una de tus sonrisas.

Bésame despacio, sin mentiras
No te atrevas a hacerlo a medias.
Bésame como lo hacen los niños
Y después mándame un guiño.

Bésame todas mis heridas,
Apriétame fuerte mis siete vidas.
Bésame por las mañanas,
Así,  solo porque te entren ganas.

Bésame por todos los rincones
Torpe, inocente y a trompicones.
Bésame si no me  recuerdas,
Necesito estar contra las cuerdas
Bésame chillando, a gritos,
Conviérteme en el peor de tus silencios.

Bésame y no pares…
Por si mañana fuera tarde.




Sonia Abellán Montero©.

martes, 27 de diciembre de 2016

Queridos Reyes Magos:

Queridos Reyes Magos:
No sé si os acordareis de mí, hace tanto que no os escribo. Los años han pasado y quien me iba a decir a mí, que después de todo este tiempo, de tanta agua caída y del paso de tantas estaciones, volvería a pediros algo. Soy Sonia, aquella niña que dio la guerra justa, la que pensaba y sigue pensando que como yo no soy capaz de imaginar y hacer ciertas cosas el resto del mundo tampoco son capaces, un error bastante gordo de mi parte y es que hay lecciones que todavía no he aprendido, será por culpa  de mi déficit de atención.  No fui la mejor en casi nada, no tenía esas actitudes que destacaran, no era ni me sentía importante ni especial. Tenía mis cuatro amigas de siempre, mis dos hermanos y mis padres…poco más. Eso sí, siempre  fuisteis conmigo en cuanto a juguetes se trataba, tremendamente generosos y siento si no usé todos los juguetes  como debí; en especial las muñecas, no me llamaban la atención y casi todas terminaron nuevas a saber dónde, jugaba con ellas porque el resto de mis amiguitas lo hacían y no me gustaba ser la nota discordante, aunque ahora he de reconocer que algo de eso si ha cambiado, me he vuelto algo exigente, protestona e inconformista. Dicen que no dejo indiferente, eso dicen.
Si empezáis a hacer memoria, siempre me gustó jugar con coches, aviones, canicas, la bici, los patines. Me encantaba el baloncesto, dibujar, subirme a los árboles y estar en la calle todo el día con mis compañeras de correrías. Tengo que deciros que muchas cosas han cambiado, esa niña que aun habita en mí, físicamente ya no lo es tanto y desgraciadamente mi cuerpo no acompaña a mi mente, daría lo que fuera por poder seguir haciendo esas cosas, como trepar por los árboles, en ocasiones me crea verdaderas frustraciones no poder hacerlo; mi pelo ahora lo adornan las canas y mi rostro las arrugas, (no muchas la verdad, la genética por ese lado está siendo generosa conmigo), me sobran kilos y cambié el deporte por otros vicios algo insanos. Lo tremendamente positivo que ahora leo y escribo, eso que dicen “a la vejez viruela” va mucho conmigo, cuando era niña nunca me gusto estudiar; sabéis que me aburría y me perdía en mis mundos paralelos. Aunque he de reconocer que eso tampoco ha cambiado demasiado, sigo perdiéndome de vista en mis ausencias y mis silencios, a veces ni yo misma se por dónde ando.
En fin, que la vida pasa para todos menos para vosotros que sois eternos y estáis exactamente como yo os recordaba, será que repartir ilusión ha detenido vuestro reloj del tiempo. Tu Melchor, siempre representaste para mí la sabiduría, el respeto y el saber estar, todos esos valores que están en peligro de extinción.  Tu Baltasar eres el icono del mestizaje, la diversidad e igualdad, de ese problema que todavía queda por resolver, la tolerancia y empatía.  Y a ti Gaspar, te adjudico ese lado femenino que siempre está ausente en casi todo lo importante, me da igual que lleves barba, sé que es postiza y si no lo es, carece de importancia en ningún lugar está escrito que la mujer no pueda llevar barba, bigote o lo que sea; aún no está bien visto que una mujer sea la protagonista de algo a  no ser que lo sea en una película, en un libro o una telenovela, ahí en los mundos imaginarios e inventados a veces, tenemos ese privilegio de que las mujeres podemos ser lo que nos dé la gana ser…en el mundo real, la historia es muy diferente, todavía seguimos luchando por lo que es nuestro, el merecido trato de igual a igual. Aunque tengo que deciros que este aspecto como en tantos, poco tenéis que hacer, eso está en nuestras manos, en la de todos y todas. Bueno a lo mejor si Gaspar se afeita y sale del armario donde la sociedad lo tiene escondido quizás valga para algo y se rompan ciertos estereotipos. No estaría mal que hubiera una Reina Maga o varias, pero ¿sabéis algo?, no se lo digáis a nadie, para mí las mujeres son las dueñas de mi mundo y no es por despreciar o por rencor hacia el hombre, no, es porque por lo menos dentro de mi corazón y mente intento darles el lugar que merecen, fuera de represiones y estigmas marcados a fuego. Es mi consuelo.
A lo que iba, me he vuelto a ir por las ramas divagando en lo que creo que es justo para la humanidad, así que voy a empezar con mis peticiones para este año. Creo que no he sido mala, es cierto que no ha sido un buen año para nada y que he actuado algo huraña y mis ausencias han sido más de lo habitual y lo siento mucho de verdad, intento con todas mis ganas hacer las cosas bien y dar lo mejor de mí, pero esa parte (la mejor) está algo herida y le cuesta arrancar, lo que si os puedo asegurar que lo seguiré intentando y que lo conseguiré porque no deseo estar perdida.
Voy a empezar por lo que quiero para este año pensando en lo que tengo más cerca, las personas que amo y mis seres vivos queridos, solo anhelo profundamente que estén bien; que tengan motivos todos los días para sonreír, que la felicidad se acomode en sus vidas y que consigan todos sus sueños y metas. Y por supuesto salud, mucha salud y amor, ese sentimiento que es lo único que puede salvarnos.
En segundo lugar, quiero que la raza humana deje de deshumanizarse, que respete a los demás, que nos ayudemos los unos a los otros y que la envidia y la maldad sean desterradas a un planeta donde no haya vida inteligente, aunque pensándolo bien, la tierra cada vez tiene menos vida inteligente y más vida artificial, quizás por ello estos dos defectos como muchos más,  han encontrado el sitio perfecto para multiplicarse, aquí.
La tercera petición y no por hacerla en este orden es menos importante, es para los niños y ancianos, por favor, os lo ruego, quiero que sean intocables, que nada ni nadie pueda hacerles daño, son nuestra esperanza. Los pequeños porque son el futuro y en sus manos está nuestro destino y los mayores porque en su experiencia y en sus arrugas esconden la solución al misterio sin resolver de eso que llaman sensatez, una de las llaves que abre el candado de la puerta, que nos tiene encerrados en el laberinto de la estupidez.
Y por último, voy a pedir algo para mí, algo que realmente me hace falta. No sé si quiero recobrar la pasión y la fuerza que en teoría era innata en mí, para que vuelva mi esencia y  poder perseguir mis sueños hasta conseguirlos, o si veis que me equivoco y pensáis que lo que tengo son pajaritos en la cabeza, hacerme una adulta de una puñetera vez porque las dudas últimamente han hecho que me pierda en mi misma y las ganas y la desgana andan todo el día de pelea, haciendo de mi alguien que no me gusta. Solo eso, no quiero nada más.
Posiblemente no tenga ninguno de estos regalos bajo el árbol el día 6 de enero, casi seguro que no, acabo de caer en la cuenta de que todo lo que deseo, no cabe en un paquete, ni se puede comprar en unos grandes almacenes y es que todo lo que quiero, no os corresponde a vosotros dármelo, nada podéis hacer al respecto. Solo los humanos y yo tenemos el poder de regalarnos la oportunidad de hacer las cosas bien, de ser nuestros propios verdugos o por el contrario nuestros salvadores.
Ojalá no os haya puesto en un compromiso y siento si pido una utopía, pero una anda algo desesperada y dicen que la necesidad agudiza el ingenio. Y como dice una canción:
“Seamos realistas…pidamos lo imposible”.
PD: Si, lo sé, el dibujo no es mío, está hecho por las manos más bonitas que hay en este mundo y no son las mías. Se de sobra que sabéis como os dibujé cuando era niña y no tiene nada que ver con esta obra de arte. Lo siento, es que estabais muy lejos y no os veía bien desde mi ventana, intenté buscar unos prismáticos pero no hubo manera; además creo que por aquella época me mandaron unas gafas de culo botella por equivocación y mi enfoque estaba algo distorsionado. Quizá un día os recompense y os dibuje como os merecéis. Y una última cosa, ya que viajáis tanto y surcáis los cielos, darle un beso de mí parte a las personas que tanto amo y echo menos, que un día abandonaron la tierra para convertirse en estrellas. Decirles que no hay un día que no los recuerde y que siempre, siempre serán parte de mí. Gracias por existir. 


Sonia Abellán Montero©.

   


domingo, 20 de noviembre de 2016

La Casa de la Memoria.


Supongo que hay  personas que les pasará lo que a mí, me niego a creer que soy la única que tiene la capacidad de sentir tanto y tan fuerte en cuanto a vivencias y momentos se trata. Yo reconozco que soy intensa y apasionada, que quizás vivo, siento, las emociones de manera diferente, hay quien puede pensar que de forma excesiva, (en ocasiones lo pienso hasta yo) porque notó como ciertos instantes se convierten en sensaciones cargadas de energía,  entran por el centro de mi corazón y salen despedidas a gran velocidad repartiéndose por cada rincón de mi elástica alma, removiendo cual coctelera cada célula de mi ser, como cuando descorchas una botella de cava y el contenido de la botella sale en estampida y se dispersa por el aire, desmenuzado en minúsculas partículas doradas. A veces sólo con entrar en un lugar,  noto como un frío cálido resbala por mi nuca y espalda esparciéndose por mi piel; saliendo en forma de cosquilleo por la punta de mis dedos, no sé si tiene algo que ver con lo exotérico quizás si o quizás no; esta extraña sensación a la cual no le encuentras explicación. Aunque  probablemente, si puede tener afinidad con lo espiritual, esa fuerza invisible que nos rodea y envuelve,  haciendo que la humanidad que tenemos escondida dentro, salga de su escondrijo y haga buen uso de una de las mayores virtudes que puede llegar a tener el ser humano, la empatía.
Toda esta corriente de sentimientos y mi forma de vivirlos, en algunos momentos ha sido una especie de condena y otras una liberación. Tanto de la condena como de la liberación, de ambas sigo aprendiendo y sacando lo mejor, porque cierto es que en cuanto al dolor se trata se transforma en un pesado estigma, pero también es verdad que cuando roza la felicidad es algo verdaderamente maravilloso. Eso que llaman una de cal y otra de arena.
Y hace dos días, tuve uno de esos momentos mágicos y extremadamente emotivos en “La Casa de la Memoria”, una casa, un hogar, en el que por unas horas todo fue extraordinario, todo se llenó de humanidad y empatía. Todo giró en torno  a los recuerdos e historias de otros y de todos, aflorando mis emociones y  alterando el orden de mis factores.
No voy a contar lo bonita que es esa Casa, ni los materiales con los que se construyó, ni entraré en detalles de decoración. Narraré lo realmente importante, por lo menos para mí, aunque a decir verdad, en La Casa de la memoria, cada grano de arena de la que está hecha se hace imprescindible porque representa cada segundo de busca incansable durante muchas décadas, de todas  y cada una de las gotas de nuestra sangre derramada.
Intentaré ser vuestra guía sentimental a sabiendas desde la primera letra que no voy a estar ni por asomo a la altura de las circunstancias, a veces una se queda sin palabras de tanto sentir.  Ya que lo que ese Hogar me transmite es mejor vivirlo que contarlo, para darle el  lugar que se merece y tratarlo con muchísimo cariño y amor, de lo que están hechos sus cimientos. No es tan sólo un museo, es un  punto de encuentro con el pasado que sigue presente, un referente a la noble tarea de reivindicar nuestros derechos y sobre todo el de nuestros muertos; esos hombres y mujeres luchadores, honrados que lo único que hacían era trabajar de sol a sol para poder sobrevivir y que un día salieron de sus casas al campo como de costumbre y ya no volvieron más. Nadie se dignó a dar explicaciones ni a  decirle a las familias que fue de ellos y en que agujero fueron enterrados. Nadie se ocupó de investigar, ni de buscarlos, el Gobierno siempre ha mirado para otro lado, porque destapar ciertos asuntos es descubrir a los responsables, admitir las culpas, pagar consecuencias y llamar las cosas por su nombre, Genocidio.
Esta Casa, es su casa, la de los Hijos del Silencio, donde las personas tienen nombre y apellidos, donde tienen padres, hijos, nietos, hermanos…etc donde tienen cara, cuerpo y sentimientos, donde se han hecho eternos en la memoria de todos los que queremos devolverles su sitio en esta sociedad, devolverles su esencia. Donde tienen una segunda oportunidad.
Así que creyendo firmemente que sabía dónde iba, allí estaba yo, en la acera de en frente de La Casa de la Memoria. Viendo su fachada y su bandera  Republicana, ondeante al viento, saludándome desde el balcón. Crucé la calle y posé mi pie en el primer escalón que me llevaba al portón de entrada, mi otro pie siguió el camino de su hermano. Nada más cruzar la puerta, sentí como todas las emociones que yo hasta entonces había sentido, entraron de golpe en mi corazón para perderse por todas las esquinas y pliegues de mi alma, esa sensación descrita al empezar estas humildes letras. Y no hubo un pelo de mi cuerpo que no se erizara, todos se pusieron en pie como acto de reverencia y un profundo respeto hacia estas paredes con latido propio. Ilusa de mí, que creía que sabía a donde iba, yo que tengo una imaginación desbordante, la imaginación se me quedo corta.
Y  allí de pie, en medio de la sala de recepción, todo se paró a mi alrededor, el tiempo viajó hacia atrás convirtiendo ese momento en el epicentro de todas mis emociones, elevando mis sentidos a su máxima potencia y empecé a ver sin ver: a Pepe, a Juan, a María, a Antonia, a Paco, a Andrés, a Juana, a Rocío…a todos los sin nombre, paseando con sus animales por los caminos arenosos, lavando la ropa a mano y tendiéndola;  poniendo la mesa con tres platos, tres vasos, tres tenedores…, bebiendo un poco de vino, llamando a los niños para comer, hablando con las vecinas, haciendo la humilde compra, acostando a sus hijos, cogiendo leña, quitándose el sudor de la frente, fumándose un cigarrillo. Vi a una pareja pasear por el campo agarrados de la mano, vi a  los padres de familia trabajado las tierras, ordeñando las cabras,  a todos cantando y bailando. Los vi sonriendo, dándose los buenos días, las buenas noches; dándole el pecho a su bebé, encalando la fachada de la casa, haciendo cuentas, sacudiendo la alfombra, tomándose un café, atándose los cordones de las botas, remendando el vestido de los domingos de la niña chica, leyendo a Federico García Lorca escondido detrás de una roca, hablándose por señas, disimulando, improvisando, besando la estampa de la virgen, rezando, suspirando, escribiendo cartas de amor, cartas de revolución, letras de libertad, palabras de verdad…Y vi a mi bisabuelo abrazando a mi abuelo Manuel. Los vi viviendo sus vidas, esas que les arrebataron un mal día, una mala noche.
Pero como todo en esta vida tiene su lado oscuro, por unos instantes,  también vi a sus verdugos, limpiando sus pistolas, frotándose las manos, dándose codazos y diciendo “ahí viene, a por él”, los vi con la mirada de perros rabiosos, atando pies y manos, con la ropa y las botas cubiertas de sangre y con arena pegada a las suelas y en los bajos de los pantalones, los vi afeitando cabezas, dando empujones, insultando, pegando. Vi los casquillos de las balas revotar en el suelo,…y ahí no quise ver más, no les permití hacer más,  porque sabía que había mucho más y peor y que iba a doler. Así que los eché de allí, los desterré a la indiferencia más absoluta sin darles ni un segundo más de protagonismo y es que hay sitios en los que ni siquiera al Diablo se le está permitido entrar y este, es uno de ellos y mucho menos ese día.
Porque ese día era un fecha para el homenaje, los reconocimientos, las muestras de cariño, de mantener vivos los recuerdos. Un día  de amigos, de hermanos, del orgullo que se siente por lo ajeno y la gratitud de formar parte de ese instante. De la admiración desmedida que se tiene por las buenas personas que persiguen causas nobles y justas. De la recompensa al trabajo bien hecho, de los aplausos de los que fluyen lágrimas de empatía por las palmas de las manos. De los milagros que son capaces de hacer mujeres y hombres de carne y hueso, en un mundo que cada vez traes más lamentos que alegrías, los verdaderos milagros, los tangibles y reales, sólo los que el ser humano es capaz de hacer si se lo propone,  esos ángeles en la tierra que reclaman justicia y respeto y  el día del legítimo derecho a guardar luto después de tantísimos años de sufrimiento y dolor. El día de darle su lugar en la memoria a todas esas personas que durante décadas han querido hacerlos invisibles y que con esta Casa no han podido lograrlo, porque sencillamente hay huellas que no se pueden borrar y hay almas que no tienen precio y no se pueden comprar.
La Casa de la Memoria, el nombre lo dice todo.¡¡¡VIVA LA REPUBLICA!!!.

Sonia Abellán Montero©.

domingo, 6 de noviembre de 2016

Verde que te quiero...verde.


Muchas veces sueño que vivo en el paraíso, que todo es idílico y me pierdo en esa belleza onírica donde todo está lleno de color, donde los arboles guardan las calles y parques, donde la sierra luce verde y el celeste del cielo ilumina esta utopía mía. En ocasiones fantaseo con que este mundo gira a la velocidad de mi ilusión, una ilusión donde la armonía, el respeto por todo y los buenos modales van cogidos de la mano, se abrazan fuerte y no se sueltan, tan sólo dejan espacio para que la brisa del mar sazone nuestras almas, que el levante traiga ese poquito de sal que hay que ponerle a la vida para que no amargue los corazones y  que el poniente la tatúe en nuestras pieles.

Sigo soñando a menudo, que mi Línea se viste de gala, que todos somos hermanos cuidando a nuestra madre como buenos hijos, que la amamos tanto que la queremos poner en el pedestal que se merece, en lo más alto de nuestra escala de valores. Y hay veces que despierto y me da un golpe de realidad, un mazazo que sube desde la boca del estómago hasta mi garganta, para hacerle un nudo con una corbata de desesperanza que aprieta y casi ahoga. Es entonces cuando la rabia contenida corta ese nudo y se convierte en rabia sostenida en el limbo de la incertidumbre, en la duda, en el desencanto de saber que sí que vivo en un paraíso pero abandonado al olvido, desahuciado y desterrado a la dejadez más absoluta de una minoría de malos hijos desagradecidos y otra minoría de hijos que se venden al mejor postor, estos últimos, hijos traicioneros que prometieron darle su lugar a mi Línea y dejaron que esa palabra al deshonor se la llevara el viento en forma de favores presuntuosos y de cajas llenas de contrabando de influencias, donde solo cuenta a ver quién tiene más, a ver quién la exprime más.

Y los otros hijos, los buenos, los que la amamos de verdad, los que a la vez amamos a nuestros hijos queriendo un hogar y una vida mejor, lloramos en los hombros de nuestra madre intentando aguantar el tipo y buscando la forma de decirle a la que nos cobija bajo sus alas, que los otros no son hijos y que si lo son, no miran por ella. ¿Cómo se le dice a una madre que tiene algunos hijos que le están robando la alegría?, ¿que la oprimen y que se han convertido en sus verdugos?.
Felipe López Lozano©

Entonces los hijos buenos, deciden no callar, no aguantar la situación. Deciden actuar, hablar entre ellos y hacer lo que tienen que hacer. Defender a su madre, cuidarla y mimarla, respetarla y teñir sus canas de color esperanza y curar sus heridas con lo único que hace que se cierren las cicatrices…con amor.

Se levantan el domingo por la mañana temprano, hoy no se está en la cama hasta las tantas como manda el protocolo, hoy hay que prepararle el desayuno a nuestra madre. Los buenos hijos nos vestimos de esperanza, nos maquillamos con nuestra mejor sonrisa y nos juntamos todos  entre el mar y el campo para darle oxígeno puro y que no tenga que ser asistida de forma artificial, le llevamos oxigeno nuevo a los pulmones de La Línea, los queremos verdes, los queremos fuertes…los queremos. Y es entonces cuando te das cuenta que esas dos minorías, los malos hijos, no se van a salir con la suya, no van a arrebatarnos a nuestra madre para hacerla esclava y mendiga, nuestra madre es una guerrera que tiene muchos soldados que la defiendan. Muchos hijos que con sus nietos la quieren verde, la quieren blanca, amarilla, azul, roja, lila...la quieren poli cromática, la quieren libre. La quieren como solo los verdaderos hijos quieren a las madres, con mucho amor y del bueno, la quieren de color con sus luces y que las únicas  sombras que tenga su vida, sean  las sombras de los árboles.

Hoy quiero decir, que estoy tremendamente orgullosa de mis hermanos linenses, de mi Línea y su buena gente, de mi familia adoptiva y que si seguimos juntos, si no soltamos ese hilo invisible que nos une, ganaremos la guerra, porque hoy hemos ganado otra batalla, hemos plantado vida,  hemos trasplantado esperanza, hemos hecho de nuestra capa un sayo, hemos creado una Línea mejor. Porque sencillamente, creemos por encima de todo y todos en nuestra madre. Y que los malos hijos no se confundan, que esa madre soltera y huérfana desde siempre, tiene quien la defienda…sus hijos buenos.

VERDE QUE TE QUIERO…VERDE.

Mi reconocimiento en especial y apoyo a Sara Cintranos Ramos, promotora de sueños en la Universidad de la Constancia y a todas las entidades colaboradoras y por supuesto a MIS BUENOS HERMANOS. Gracias por no hacerme sentir que estoy sola, por demostrarme que si se puede. Un abrazo enorme para cada uno de vosotros. Desde mi Línea con mucho amor.   


Sonia Abellán Montero©

sábado, 29 de octubre de 2016

Colaboraciones.








































Tamara Gonzalez Ruiz.
Natural de La Línea de la Concepción.
Actualmente reside en Málaga.
Estudió en la Escuela de Bellas Artes de Algeciras.
Le apasiona la Fotografía y destaca de ella su capacidad
de todo terreno, sacando unas imagenes
excepcionales de cualquier temática.
Ha trabajado en estudios fotográficos y revistas.

















Este espacio, lo voy a dedicar a darle una connotación especial. Aquí iré agrupando a todas esas personas que colaboran para que mi blog sea más acogedor, particularmente fotografos y fotografas que me prestan sus maravillosas fotografías. Es mi pequeño reconocimiento y agradecimiento, ya que esas imagenes ponen luz a mis letras, las adornan dándole una belleza fuera de lo común. Siempre intento poner fotos originales de profesionales y aficionandos que conozco y a los que proceso una enorme admiración. Gracias por vuestra colaboración, para  mi es muy importante y la valoro enormemente, sois sencillamente geniales y con una creatividad y sensibilidad extraordinarias. Os quiero.





 

                       
                                                        





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Mika Zarcas 

Aunque he vivido en diversos sitios del territorio nacional (Norte,Oeste y Sur)actualmente tengo mi "rinconcito"en La Línea de la Concepción , dónde pronto por fin tendré la sede física de mi estudio "Zarcas Fotografía".
Por una serie de avatares de la vida, puedo decir que la fotografía me salvó la vida y es por eso que su desempeño me apasiona y me completa.
En estos momentos hago coberturas gráficas y escritas como freelance de diferentes actos y eventos para diferentes medios de comunicación de difusión nacional y Suramérica . Además de las coberturas en prensa ya citadas mis disciplinas fotográficas son:
Retratos
Newborn y niños en general (incluyendo comuniones, actos escolares...)
Embarazadas
Y colaboraciones de corazón con gente tan especial , cómo este caso con la gran Sonia Abellán .

Contacto: 






























 






























¿Quién es SanMar?
Un equipo de dos mujeres fotógrafas profesionales.
Gema Sánchez González y Mercedes Márquez Romero.
Trabajamos en Asturias y también nos desplazamos  si es necesario.
Hacemos reportajes de boda, comuniones, eventos sociales, retrato, books, y nuestra especialidad Fotografía de mascotas y animales.
Teléfonos: 619324406 – 696127422
Correo electrónico:   info@fotosanmar.com













Felipe López Lozano.
Natural y residente de La Línea de la Concepción.
Gran aficionado a la fotografía, especializado
en paisajes naturales y sobre todo en resaltar la belleza de
este rincón gaditano donde se juntan dos mares.







miércoles, 19 de octubre de 2016

Depredadores.


Gema Sanchez©
Hoy estoy especialmente indignada, el tema que vengo a tratar para mí es de vital importancia, prioridad. Todos los días vemos noticias en diversos medios de comunicación sobre el maltrato, violaciones y asesinatos contra la mujer a manos de “hombres” que no se por qué motivo cometen estas atrocidades, no me vale eso de que son enfermos mentales, no todos lo son; como he repetido y repetiré tantas veces a lo largo de mi existencia, hay personas buenas y personas malas independientemente de si existe o no una patología. Antes de nada quiero dejar claro un aspecto sobre mi persona, no odio a los hombres, en mi vida al igual que mujeres hay hombres buenos e importantísimos y absolutamente necesarios. Y también aclarar que me parece despreciable cuando una mujer dice que ha sido maltratada y no es cierto, desprecio cualquier tipo de maltrato y manipulación. Creo en la igualdad y en el respeto mutuo, pero no puedo volver la cara hacia otro lado cuando hay especímenes del sexo masculino que nos están maltratando, vejando, acosando y matando. A esta especie que ojala se extinga de una vez por todas, si la odio con todo mi ser, mi tolerancia ante ellos es 0. Ni empatizo siquiera, no me puedo poner en su lugar porque si lo hiciese nos quitaría a todas las mujeres nuestro sitio en este mundo y en especial el de las víctimas. Dicho esto, dejando claro que no odio a los hombres y que si desprecio a estos seres que se creen con el derecho de todo hacia nosotras voy a empezar. Y si existe Dios…que los coja confesados y jamás, jamás los tenga en su gloria.
Primero quiero dejar un concepto claro, Feminicidio según la RAE: Asesinato de una mujer por razón de su sexo. A esto me queda añadir,  que son a manos de hombres y que van acompañados de una extrema crueldad, ensañamiento, torturas, violaciones y múltiples barbaridades. Está suficientemente claro.
No se por dónde empezar cronológicamente hablando, cuando este tema no tiene un comienzo claro y desgraciadamente tampoco un final. El Feminicidio no es algo moderno, no acaba de aparecer en nuestras vidas, siempre ha existido aunque lo peor es que va en aumento últimamente. No hay una fecha que constate tal día, en tal mes y a tal hora de tal año apareció el primer Feminicidio de una mujer que fue asesinada simplemente por ser mujer. Es evidente que ese primer día existió porque para todo hay una primera vez, pero viene de tan lejos que es imposible poner una datación y sinceramente, ni falta que hace, porque todos, todos los días de la historia de la humanidad, en alguna parte del mundo, en algún rincón de este planeta mueren mujeres a diario a manos de hombres (me cuesta llamarlos así, meter a estos mal nacidos en el mismo saco que a un hombre no lo veo justo, me cuesta la misma vida; voy a llamarlos Depredadores a partir de ahora por ponerles un nombre  aunque no esté a la altura, no existe palabra en el diccionario que pueda describirlos),todos los días los Depredadores salen de caza.
Por mucho que intente buscarle una explicación no logro encontrarla y mucho menos una justificación. Venimos a esta vida todos igual, sin nada y sin nada nos vamos, no entiendo ese complejo de superioridad de los Depredadores hacia la mujer, cuando todos sobre todo y por encima de todo somos personas. Es cierto que la mujer arrastramos una herencia cultural de sumisión, de estar por debajo de ellos y que parte de ese proceso devastador es por culpa de la sociedad y una mala educación. Desde pequeñas nos han estado enseñando que el hombre es el rey y las mujeres sus doncellas, sus chachas y sus putas en la cama. Afortunadamente las mujeres estamos abriendo los ojos y los sentidos, exigimos nuestros derechos y decidimos sobre nosotras mismas, somos libres en pensamiento y esencia, somos independientes, cultas, inteligentes y cada vez hay menos esclavas de una sociedad jerárquica y patriarcal y quizás ese sea el gran mal de los Depredadores, temen perder ese poder sobre nosotras y necesitan marcar su territorio, desgraciando la vida de multitud de mujeres y de sus familias. Necesitan dejar claro quién manda con actos cada vez más sádicos y brutales, es su forma de darnos al resto “un toque de atención”, eso que llaman un “correctivo”, demostrando así su desprecio hacia nosotras, su egocentrismo elevado a una potencia sin límites para esconder realmente una autoestima arrastrada por el subsuelo.
Estos Depredadores no entienden de edades, les da igual si somos niñas, adolescentes, adultas o ancianas. Les da igual todo, absolutamente todo su único interés es acabar con nosotras. Y desgraciadamente las leyes aquí a muchos de ellos los amparan y a otros les regala otra oportunidad para jodernos la vida. Y en otros países incluso los premian y les dejan a su libre albedrío.
Estamos hartas y me voy a permitir el lujo de hablar en nombre de muchas por no decir todas, que nos traten como si fuéramos un trozo de carne, un objeto o una adquisición para someternos y alimentar sus más bajos instintos. Estamos cansadas de que nos digan por la calle “te voy a comer lo que más gusto te dé” disfrazándolo de un piropo, de que si nos arreglamos “más de la cuenta” es que vamos pidiendo guerra, si decimos NO es que nos estamos haciendo las “interesantes” y en realidad es un “haz conmigo lo que quieras”. Estamos hasta el infinito y más allá de no poder ir a tomarnos una copa a un bar solas o con amigas porque se acerca casi seguro un baboso de turno. De que uno de los primeros insultos que nos dicen de niñas sea “puta”. De que los novios de nuestras adolescentes se crean con el derecho de decidir con quien deben salir, que ropa pueden ponerse y si encima uno de sus amigos la mira de reojo es porque ELLA le está provocando. Estamos saturadas del acoso laboral, ese del que no conviene hablar porque “no nos merecemos” puestos importantes y de alta responsabilidad teniendo siempre presente ese “Techo de Cristal” con que nos golpeamos una y otra vez, donde se ha visto eso de que una mujer sea la jefa de un hombre (modo ironía). Muy hartas de que sigan discriminándonos en los premios Nobel, en la RAE y que en el deporte no hablen de nuestros meritos y si de nuestros cuerpos, nuestras tetas o nuestros culos. De que las religiones nos sometan y repudien. Hartas de que se nos discrimine en todo lo que se pueda discriminar. Estamos hasta el arco del triunfo de que haya “maridísimos” que son un encanto en la calle y unos tiranos en casa. Que no podamos venir de madrugada a casa sin compañía autorizada, siempre vamos mirando atrás. Estamos asqueadas de que nos pidan solicitud de amistad por una red social y a los cinco minutos por privado nos digan lo “follables” que somos. Estamos hasta el “coño”, de que si somos lesbianas es porque no hemos dado con un “hombre en condiciones” y que en ciertos países nos violen para que se nos pase y volvamos a la heterosexualidad y si somos bisexuales ya somos unas viciosas de mierda que lo único que queremos es follarnos a todo lo que se menea. Que en otros lugares nos hagan una ablación, nos amputen el clítoris para que no sintamos placer no vaya a ser que nos guste de más. Me parece repugnante que también existan sitios donde casan a niñas de 8 años con Depredadores adultos y ancianos para ser su juguete sexual y su saco de boxeo.
Cansada de que nos insulten, nos griten, nos chantajeen emocionalmente y nos peguen palizas porque la comida se ha quedado fría o el huevo no está en su punto, todo eso muchas veces en presencia de los niños. Que antes de asesinarnos, nos insulten, nos rompan todos los huesos del cuerpo, nos torturen, nos empalen, nos echen pegamento en la vagina, ácido en la cara, nos metan fuego, nos escupan, nos arrastren, nos entierren a saber dónde, nos bañen en cal viva, nos descuarticen, nos droguen, nos aten y violen en manada y que encima alardeen de ello grabando sus fechorías para ponernos a exposición pública mostrándonos como sus “trofeos”. Y que encima, después de todo tengamos que seguir escuchando: “ALGO HABRÁ HECHO”.
Hartas, cansadas, enfadadas, indignadas. Llenas de ira, de odio, de dolor, de tristeza, de pena, con el alma rota…Así estamos.
Esto tiene que terminar y tiene que ser ya. Es raro la mujer que no haya sufrido a lo largo de su vida algún tipo de maltrato físico o psíquico. Yo personalmente he vivido varios, demasiados y a día de hoy siguen doliendo, una aprende a vivir con ello porque es cierto que lo que no te mata te hace más fuerte pero a veces ha sido complicado y es que hay heridas que nunca se cierran. Y tengo un par de mensajes muy claros, el primero para el Gobierno:
-Sois cómplices de esos Depredadores por hacer recortes en Asuntos Sociales, Sanidad y Educación, sois unos maltratadores que no habéis quitado lo que con tanto esfuerzo y años habíamos conseguido. Las leyes dejan mucho que desear porque las penas de cárcel (cuando las hay) son de vergüenza, dejáis que salgan a la calle para que puedan volver a maltratarnos. Tienen más pena carcelaria los pequeños delincuentes que los asesinos, violadores y maltratadores de mujeres. Sois cómplices en su máxima extensión porque montones de mujeres denuncian una y otra vez el maltrato y en ocasiones no hacéis caso alguno y cuando ponen una orden de alejamiento no hacéis un seguimiento como debe hacerse y las órdenes de busca y captura son un papel para callarnos la boca que no sirve para nada y se de lo que hablo.
Y el segundo es para los Depredadores:
-Dicen que la mujer es el sexo débil, eso dicen y eso es lo que os gusta creer. ¿Débiles?, me rio yo de esa “debilidad”, soportar durante toda la vida, durante todas las vidas este maltrato continuado es de ser invencibles. Sólo dejo algo de información más, dicen que por cada hombre somos 7 mujeres en el mundo, imaginaros cuantas somos más que Depredadores, incalculable. Un día y se me antoja que no muy lejano, puede ser que mis ojos lo vean, habrá una revolución y estoy segura que será de MUJERES y ese día, ese día no encontrareis una cloaca donde esconderos. Ahí lo dejo como una pequeña reflexión, de una mujer que como tantas y tantas ha sido maltratada y no le da ni miedo ni vergüenza decirlo.
BASTA YA, NI UNA MENOS. TODOS Y TODAS CONTRA EL MALTRATO. TOLERANCIA 0.

Teléfono contra el Maltrato: 016.

Sonia Abellán Montero©

sábado, 15 de octubre de 2016

Y caen las hojas...


Ya llegan las primeras lluvias, las gotas resbalan en los cristales de las ventanas causando un efecto óptico extraordinario, al mirar a través de esos vidrios empañados y mojados a una también se le humedece el alma al ver como el cielo llora evocando sentimientos de añoranza. Recuerdos que las nubes a su paso dejan sueltos a su libre albedrío, sin tener en cuenta a quien empapan esas lagrimas agridulces que lo impregnan todo de nostalgia. Curioso el otoño que te cambia el orden de los sentidos acentuando cada palabra de amor, anudando con hilo fino cada sin sabor dentro de los corazones entregados a la pasión. Se convierte todo en onírico, las mariposas juegan al escondite y se ocultan entre los enredos de tu pelo y los pájaros explotan en bandada para huir de los boleros de voz quebrada cantando al  desamor, esas rimas perfectamente imperfectas traídas por el viento feroz, sediento de soledad.
Felipe López Lozano©
Hasta los perros y los gatos buscan por la casa algo sin saber el que, quizás en esa búsqueda fortuita y desprogramada quieren encontrar una pizca de normalidad, deambulando por el laberinto de las luces y las sombras dibujadas en escala de grises con lápices acuarelables.
Apenas suena el teléfono y si lo hace es con afonía, el equipo de música se ha quedado mudo, el timbre de la puerta se muestra “Nerudiano”, así, ausente y la lavadora ha hecho voto de silencio. Sólo se escucha el murmullo de la lluvia, el susurro del aire y el cimbrear de las hojas tiritando de frio  por las bajadas de temperaturas, desplegándose en vuelo descendente a cámara lenta para tocar el suelo y caer rendidas a los pies de los árboles que poco a poco se van quedando desnudos.
Y todo parece detenerse alrededor, tu caminas pero el tiempo no, la arena del reloj se queda colgando en el espacio desde el primer grano al último sin llegar a su destino, paralizando cada beso, cada caricia…cada emoción  de esos amores que son prisión pidiendo a gritos en silencio ser puestos en libertad sentimental.
Y así, esta estación de ocres y claroscuros recoge  en su particular anden a los transeúntes sonámbulos para taparlos con la manta del hastío,  avisando por megafonía que las ganas vienen envueltas de pereza y  llevando los sentimientos al extremo en un trayecto de altos y bajos en un tren de letanías; donde en la próxima parada no sabrás si apearte o continuar el viaje porque estarás absorta observando por la ventanilla, como siguen aterciopelándote la piel sin siquiera tocarte, esas gotas minúsculas de agua y  sintiendo como caen en tus labios hojas escritas de poesía y versos canallas, anunciando que el otoño es el único protagonista y la fuente de inspiración por excelencia de los amantes rotos y de los drogodependientes de una sustancia llamada amor.


Sonia Abellán Montero©

domingo, 9 de octubre de 2016

Every Breath You Take...


No me hace falta mucho para hablar de ti, no necesito musas ni inspiración, hay sentimientos que perduran en el tiempo y matan al olvido. Solo tengo que cerrar los ojos como ahora, escuchando nuestra canción que con los primeros acordes se me encoje la vida y me hago chiquitita, (menos mal que una aprendió en sus tiempos mozos Taquigrafía y que hay un corrector de ortografía incorporado en el programa con el que escribo). Y mientras traslado estas letras a este rincón, me siento niña otra vez, a tu lado regresando al país de nunca jamás, saltando por los bordes de la inocencia y jugando en el recreo de la inconsciencia. Y sigo aquí  separada por nuestros mares de sal y azúcar, nadando a veces contra corriente con la ausencia de tu presencia física, pero anudada con hilos invisibles a tu corazón, a la niña que hay en ti. Y mis parpados siguen en reposo,  viendo con los ojos del alma como nos columpiamos en los recuerdos a pesar de los kilómetros medidos en  años, en arrugas y canas. Tiro de memoria y no alcanzo a encontrar el segundo exacto donde se juntó nuestra niñez, sólo sé por lo que cuenta mi madre, que la primera vez que te vio estabas asomada a la ventana de tu casa, con tus coletas pequeñas a la medida de tu estatura, observando curiosa a los nuevos vecinos, sin imaginar que la niña que se mudaba a la puerta de al lado llegaría a ser tu hermana, ese tipo de hermanas que no llevan la misma sangre, ni apellidos  y es que  no hace falta que nuestros ADN estén mezclados  para sentirnos familia. Dicen, que los amigos son la familia que una escoge y va a ser eso que dicen por ahí, que es verdad verdadera.

Hoy es tu cumpleaños y como tantos este también me lo pierdo, una se acostumbra a este tipo de situaciones, las asimila dejándolas en el cajón de la indiferencia quizás para que duela menos no poder brindar contigo o simplemente porque hemos aprendido a celebrar la vida con sus altos y sus bajos cada vez que tenemos la oportunidad de vernos y de abrazarnos aun pasando años desde un encuentro al otro, sobrevivimos al calendario festejando cada minuto que pasamos juntas como si fuera el último y a la vez el primero. Menos mal que existen las tecnologías para acercarnos la una a la otra cada día y menos mal que existe todavía el amor puro e inocente de nuestra infancia que se resiste a perderse en nuestras edades adultas.

Sólo quiero decirte lo que ya sabes, que te extraño en las cosas pequeñas, en el café y el cigarro. En los juegos de nuestros hijos y en alguna que otra juerga. En las lágrimas mojando nuestros hombros y en los abrazos porque sí, en las carcajadas de los chistes malos, en el ir de compras aunque no me guste, en las mudanzas que hemos hecho y en las que nos quedan por hacer…en todas esas cosas livianas que hacen de los días un ritual para que la realidad pese menos. Y sin embargo, no te añoro en las grandes cosas, cuando tengo el alma mojada o el corazón herido, cuando la sangre de mis venas corre a galope creyendo que van a estallar de dolor, o cuando mis emociones y sentimientos a veces están a flor de piel y otras a flor de hiel. No te echo de menos cuando una de mis mañanas me parece una pesadilla de la que quiero despertar o si siento que me lanzo al abismo de la tristeza sin paracaídas. Y no me arrastro a la melancolía porque sé que estás ahí, a mi lado, en mis recuerdos y mi memoria, en la distancia que nos recorta los cuerpos para pegarlos en el álbum de fotos. Que a pesar de no estar presentes en nuestro que hacer diarios estamos cuando tenemos que estar, en el paso del tiempo, ajustándonos los cinturones de nuestra amistad para que no se nos caigan los pantalones en cualquier descuido si nuestras mentes andan dispersas. Las dos sabemos que siempre, siempre tu mano estará para levantarme y la mía para guiarte cuando estés perdida. Como cuando éramos pequeñas y jugábamos en el rellano de nuestras casas o abajo en La Luna.

Siempre estaré los domingos dando golpecitos desde la pared de mi habitación, la que daba al cuarto de tus padres para ver si estas despierta y siempre estaré esperando a que me devuelvas ese toc toc para decirme que ya estas lista para desayunar, jugar, reír y saltar.  Te quiero hermana. Mi bruja de la buena suerte.

AMISTAD: afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato. (Y yo añado) Sobreviviendo al paso del tiempo, la distancia y la realidad.



Gracias por haberte quedado con nosotros, por no juzgarme, no hacerme reproches, por aguantar la intensidad de mi vida…por ser esa clase de persona que todo el mundo debería tener a su lado.
 


Menudas éramos
 
¿Te acuerdas cuando éramos menudas?
Tú corrías por la calle y yo saltaba a tu lado,
para llegar a la Luna con las manos desnudas,
la sonrisa en la mirada y el cuerpo sudado.
¿Recuerdas cuando empezaba a nevar?,
venías a buscarme envuelta en ropa de más
yo con la prisa la bufanda me volvía a olvidar
y como siempre al trote mis hermanos detrás.
¿Y cuándo hacíamos trampas  al escondite?
Tú tenías guardadas las llaves del trastero
y mientras yo jugaba con el resto al despiste,
ya te habías ocultado en aquel oscuro agujero.
Entre risas, muñecas, bicis y cuentos crecimos
y todo lo cambiamos por amores y un radio cassette
y  así, como dos guerreras el camino seguimos,
pintando corazones de tiza en el suelo y la pared.
¿Te acuerdas que menudas éramos?
Yo a cada pisada, en cada día y a cada estación,
Orgullosa de lo que fuimos y de lo que somos:
Amigas del alma, hermanas dignas de admiración.