Gema Sanchez© |
Hoy estoy especialmente indignada, el tema que vengo a
tratar para mí es de vital importancia, prioridad. Todos los días vemos
noticias en diversos medios de comunicación sobre el maltrato, violaciones y
asesinatos contra la mujer a manos de “hombres” que no se por qué motivo
cometen estas atrocidades, no me vale eso de que son enfermos mentales, no
todos lo son; como he repetido y repetiré tantas veces a lo largo de mi
existencia, hay personas buenas y personas malas independientemente de si
existe o no una patología. Antes de nada quiero dejar claro un aspecto sobre mi
persona, no odio a los hombres, en mi vida al igual que mujeres hay hombres
buenos e importantísimos y absolutamente necesarios. Y también aclarar que me
parece despreciable cuando una mujer dice que ha sido maltratada y no es
cierto, desprecio cualquier tipo de maltrato y manipulación. Creo en la
igualdad y en el respeto mutuo, pero no puedo volver la cara hacia otro lado
cuando hay especímenes del sexo masculino que nos están maltratando, vejando,
acosando y matando. A esta especie que ojala se extinga de una vez por todas,
si la odio con todo mi ser, mi tolerancia ante ellos es 0. Ni empatizo
siquiera, no me puedo poner en su lugar porque si lo hiciese nos quitaría a
todas las mujeres nuestro sitio en este mundo y en especial el de las víctimas.
Dicho esto, dejando claro que no odio a los hombres y que si desprecio a estos
seres que se creen con el derecho de todo hacia nosotras voy a empezar. Y si
existe Dios…que los coja confesados y jamás, jamás los tenga en su gloria.
Primero quiero dejar un concepto claro, Feminicidio según la RAE: Asesinato de
una mujer por
razón de
su sexo. A esto me queda añadir, que son a manos de hombres y que van
acompañados de una extrema crueldad, ensañamiento, torturas, violaciones y múltiples
barbaridades. Está suficientemente claro.
No
se por dónde empezar cronológicamente hablando, cuando este tema no tiene un
comienzo claro y desgraciadamente tampoco un final. El Feminicidio no es algo
moderno, no acaba de aparecer en nuestras vidas, siempre ha existido aunque lo
peor es que va en aumento últimamente. No hay una fecha que constate tal día,
en tal mes y a tal hora de tal año apareció el primer Feminicidio de una mujer
que fue asesinada simplemente por ser mujer. Es evidente que ese primer día
existió porque para todo hay una primera vez, pero viene de tan lejos que es
imposible poner una datación y sinceramente, ni falta que hace, porque todos,
todos los días de la historia de la humanidad, en alguna parte del mundo, en
algún rincón de este planeta mueren mujeres a diario a manos de hombres (me
cuesta llamarlos así, meter a estos mal nacidos en el mismo saco que a un
hombre no lo veo justo, me cuesta la misma vida; voy a llamarlos Depredadores a
partir de ahora por ponerles un nombre
aunque no esté a la altura, no existe palabra en el diccionario que
pueda describirlos),todos los días los Depredadores salen de caza.
Por
mucho que intente buscarle una explicación no logro encontrarla y mucho menos
una justificación. Venimos a esta vida todos igual, sin nada y sin nada nos
vamos, no entiendo ese complejo de superioridad de los Depredadores hacia la
mujer, cuando todos sobre todo y por encima de todo somos personas. Es cierto
que la mujer arrastramos una herencia cultural de sumisión, de estar por debajo
de ellos y que parte de ese proceso devastador es por culpa de la sociedad y
una mala educación. Desde pequeñas nos han estado enseñando que el hombre es el
rey y las mujeres sus doncellas, sus chachas y sus putas en la cama.
Afortunadamente las mujeres estamos abriendo los ojos y los sentidos, exigimos
nuestros derechos y decidimos sobre nosotras mismas, somos libres en
pensamiento y esencia, somos independientes, cultas, inteligentes y cada vez
hay menos esclavas de una sociedad jerárquica y patriarcal y quizás ese sea el
gran mal de los Depredadores, temen perder ese poder sobre nosotras y necesitan
marcar su territorio, desgraciando la vida de multitud de mujeres y de sus
familias. Necesitan dejar claro quién manda con actos cada vez más sádicos y
brutales, es su forma de darnos al resto “un toque de atención”, eso que llaman
un “correctivo”, demostrando así su desprecio hacia nosotras, su egocentrismo
elevado a una potencia sin límites para esconder realmente una autoestima
arrastrada por el subsuelo.
Estos
Depredadores no entienden de edades, les da igual si somos niñas, adolescentes,
adultas o ancianas. Les da igual todo, absolutamente todo su único interés es
acabar con nosotras. Y desgraciadamente las leyes aquí a muchos de ellos los
amparan y a otros les regala otra oportunidad para jodernos la vida. Y en otros
países incluso los premian y les dejan a su libre albedrío.
Estamos
hartas y me voy a permitir el lujo de hablar en nombre de muchas por no decir
todas, que nos traten como si fuéramos un trozo de carne, un objeto o una
adquisición para someternos y alimentar sus más bajos instintos. Estamos
cansadas de que nos digan por la calle “te voy a comer lo que más gusto te dé” disfrazándolo
de un piropo, de que si nos arreglamos “más de la cuenta” es que vamos pidiendo
guerra, si decimos NO es que nos estamos haciendo las “interesantes” y en
realidad es un “haz conmigo lo que quieras”. Estamos hasta el infinito y más
allá de no poder ir a tomarnos una copa a un bar solas o con amigas porque se
acerca casi seguro un baboso de turno. De que uno de los primeros insultos que
nos dicen de niñas sea “puta”. De que los novios de nuestras adolescentes se
crean con el derecho de decidir con quien deben salir, que ropa pueden ponerse
y si encima uno de sus amigos la mira de reojo es porque ELLA le está
provocando. Estamos saturadas del acoso laboral, ese del que no conviene hablar
porque “no nos merecemos” puestos importantes y de alta responsabilidad
teniendo siempre presente ese “Techo de Cristal” con que nos golpeamos una y
otra vez, donde se ha visto eso de que una mujer sea la jefa de un hombre (modo
ironía). Muy hartas de que sigan discriminándonos en los premios Nobel, en la
RAE y que en el deporte no hablen de nuestros meritos y si de nuestros cuerpos,
nuestras tetas o nuestros culos. De que las religiones nos sometan y repudien.
Hartas de que se nos discrimine en todo lo que se pueda discriminar. Estamos
hasta el arco del triunfo de que haya “maridísimos” que son un encanto en la
calle y unos tiranos en casa. Que no podamos venir de madrugada a casa sin compañía
autorizada, siempre vamos mirando atrás. Estamos asqueadas de que nos pidan
solicitud de amistad por una red social y a los cinco minutos por privado nos
digan lo “follables” que somos. Estamos hasta el “coño”, de que si somos
lesbianas es porque no hemos dado con un “hombre en condiciones” y que en
ciertos países nos violen para que se nos pase y volvamos a la heterosexualidad
y si somos bisexuales ya somos unas viciosas de mierda que lo único que
queremos es follarnos a todo lo que se menea. Que en otros lugares nos hagan una
ablación, nos amputen el clítoris para que no sintamos placer no vaya a ser que
nos guste de más. Me parece repugnante que también existan sitios donde casan a
niñas de 8 años con Depredadores adultos y ancianos para ser su juguete sexual
y su saco de boxeo.
Cansada
de que nos insulten, nos griten, nos chantajeen emocionalmente y nos peguen
palizas porque la comida se ha quedado fría o el huevo no está en su punto, todo
eso muchas veces en presencia de los niños. Que antes de asesinarnos, nos
insulten, nos rompan todos los huesos del cuerpo, nos torturen, nos empalen,
nos echen pegamento en la vagina, ácido en la cara, nos metan fuego, nos
escupan, nos arrastren, nos entierren a saber dónde, nos bañen en cal viva, nos
descuarticen, nos droguen, nos aten y violen en manada y que encima alardeen de
ello grabando sus fechorías para ponernos a exposición pública mostrándonos como
sus “trofeos”. Y que encima, después de todo tengamos que seguir escuchando: “ALGO
HABRÁ HECHO”.
Hartas,
cansadas, enfadadas, indignadas. Llenas de ira, de odio, de dolor, de tristeza, de
pena, con el alma rota…Así estamos.
Esto
tiene que terminar y tiene que ser ya. Es raro la mujer que no haya sufrido a
lo largo de su vida algún tipo de maltrato físico o psíquico. Yo personalmente
he vivido varios, demasiados y a día de hoy siguen doliendo, una aprende a
vivir con ello porque es cierto que lo que no te mata te hace más fuerte pero a
veces ha sido complicado y es que hay heridas que nunca se cierran. Y tengo un
par de mensajes muy claros, el primero para el Gobierno:
-Sois
cómplices de esos Depredadores por hacer recortes en Asuntos Sociales, Sanidad
y Educación, sois unos maltratadores que no habéis quitado lo que con tanto
esfuerzo y años habíamos conseguido. Las leyes dejan mucho que desear porque
las penas de cárcel (cuando las hay) son de vergüenza, dejáis que salgan a la
calle para que puedan volver a maltratarnos. Tienen más pena carcelaria los
pequeños delincuentes que los asesinos, violadores y maltratadores de mujeres.
Sois cómplices en su máxima extensión porque montones de mujeres denuncian una
y otra vez el maltrato y en ocasiones no hacéis caso alguno y cuando ponen una
orden de alejamiento no hacéis un seguimiento como debe hacerse y las órdenes
de busca y captura son un papel para callarnos la boca que no sirve para nada y
se de lo que hablo.
Y
el segundo es para los Depredadores:
-Dicen
que la mujer es el sexo débil, eso dicen y eso es lo que os gusta creer. ¿Débiles?,
me rio yo de esa “debilidad”, soportar durante toda la vida, durante todas las
vidas este maltrato continuado es de ser invencibles. Sólo dejo algo de información más,
dicen que por cada hombre somos 7 mujeres en el mundo, imaginaros cuantas somos
más que Depredadores, incalculable. Un día y se me antoja que no muy lejano,
puede ser que mis ojos lo vean, habrá una revolución y estoy segura que será de
MUJERES y ese día, ese día no encontrareis una cloaca donde esconderos. Ahí lo dejo
como una pequeña reflexión, de una mujer que como tantas y tantas ha sido
maltratada y no le da ni miedo ni vergüenza decirlo.
BASTA
YA, NI UNA MENOS. TODOS Y TODAS CONTRA EL MALTRATO. TOLERANCIA 0.
Teléfono contra el Maltrato: 016.
Sonia Abellán Montero©