viernes, 3 de febrero de 2017

Mi venganza...ser féliz.

Querida mía:
Realmente no eres tan querida, pero una a pesar de todo, se niega a perder la educación y la cortesía. Hace 6 años que nos conocemos oficialmente, un 14 de febrero día de San Valentín, nuestra relación se hizo pública, elegiste un buen día para declararme tu amor. Ya hacía tiempo que venía presintiéndote, como esos amores que sabes que están a punto de llegar y se meten en tu vida sin que te enteres, así, poco a poco y cuando vienes a darte cuenta eres presa de ese sentimiento abrumador.
Quien nos lo iba a decir, que después de tanto tiempo juntas, tanto pasado y vivido la una pegada a la otra,  esta extraña unión  iba a llegar a este punto, a este preciso instante; un poco tarde sí, pero no demasiado y es que como todas las relaciones toxicas y adictivas cuesta deshacerse de ellas cuando una de las dos maltrata físicamente y psicológicamente a la otra persona, eso que le llaman dependencia emocional o incluso rendición. No siento decirte para nada que ya no me importas y que no me muero por seguir a tu vera, te lo digo en el más estricto significado de la frase, no pienso morir por ti y tampoco vivir para ti. Así que yo voy a ser más valiente y humana que tú y te informo como manda el protocolo, que nos vamos a divorciar y de forma inminente.  Te exijo que no montes en cólera, de lo único que va a servir es que yo este unos cuantos días bien jodida, me da igual los golpes que me des porque me levantaré más veces de las que me caiga y con más fuerza, quiero que entiendas que no vas a poder conmigo, quiero que asimiles de una vez por todas que a veces me tendrás secuestrada en cuerpo pero nunca más en mente y alma. Estas tan acostumbrada a tenerme sometida que ni cuenta te has dado que yo misma he hecho de mí un templo al que sólo podrás acceder a su entrada y alrededores, pero nunca al interior que es donde está mi verdadera fuerza y esencia: cuestión de supervivencia.
Quiero que también sepas, que me quedo con los niños, con los animales, con la casa, con la cuenta en números rojos, con mis amigos, mi familia, mi actual pareja (lo siento vino alguien a quien si le importo); me quedo con mis años, mis kilos, mis arrugas y mis canas y sobre todo con las ganas. Las ganas de vivir, de no depender de ti, de seguir hacia adelante, de soñar, de reír, de creer e inventar. Me apropio de mis sentimientos y emociones, de mis valores esos que no me permiten someterme más a ti. Me quedo con mi nuevo trabajo, he encontrado otra alternativa, un día me arrebataste mi profesión pensando que me ibas a hundir en la miseria y soledad encerrada entre cuatro paredes y lo que has conseguido es que me dedique a hacer lo que más me apasiona, mira tú por donde el tiro te ha salido por la culata. También me hago cargo de las facturas pendientes, del alquiler, hasta de las vacaciones que todavía no he podido coger. Me quedo con todo lo bueno que tengo e incluso con lo menos bueno, a lo único que tienes derecho es a un régimen de visitas hasta que la ciencia acabe contigo, pero no te equivoques porque voy a hacer todo lo imposible para que esas visitas desconcertadas, cada vez sean menos y más cortas, he descubierto mis propios medios para contrarrestarte y es que la necesidad agudiza el ingenio.
Y después de todo esto, quiero recordarte que nuestra unión fue impuesta pero yo nunca firme ningún papel que dijera: Hasta que la muerte nos separe, ni siquiera ante tu Dios. Así que prepárate si buscas represalias, de ante mano te advierto, que sí que ganaras alguna que otra batalla pero jamás la guerra y es que prefiero morir de pie que vivir arrodillada. Sin más que decirte, ni siquiera te envío un saludo o una carta de recomendación, prefiero castigarte con el látigo de la indiferencia y que mi mayor venganza sea “SER FELIZ”.
Atentamente mía y jamás de los jamases tuya: alguien que no va a consentir que le arrebates la dignidad.


PD: Tengo millones de motivos para seguir, tu tan solo uno y soy yo…y resulta que ahora por fin soy mi propia dueña. Aquí mando yo.


Dedicado a todos los enfermos y enfermas que padecen alguna enfermedad crónica, en particular a quienes sufren de Fibromialgia. 




Sonia Abellán Montero©.
Tamara Gonzalez Ruiz©.