viernes, 3 de noviembre de 2017

Lo que cabe en un bolsillo...

Yo misma

Que ya nada tengo, más que unos cuantos descosidos. Que en este bolsillo cabía tanto,  que nunca lo llenaba del todo. Tenía las ganas, cada una de tus sonrisas y unos cuantos te quieros. Varias dudas irracionales y un puñado de sueños adolescentes. Andaban sueltos los deseos por tocarte el alma y las caricias comprimidas, a un lado reprimidas. Que nada material cabía porque los sentimientos siempre han mandado, que son mi moneda y nunca de ellos tengo suelto ni llevo cambio. Que la brisa del mar campaba libre,  a sus anchas,  jugando con unos cuantos suspiros y algún que otro gemido. Sobraban los gritos, los rencores y los sin sabores; en este bolsillo solo cabía lo que cabe en los corazones.  Y también hubo sitio para algún imposible y para algo tan mundano como despertar  a tu lado y esa rutina de abrazarte dormida. Entraron también sin necesidad de echar mano del bolsillo trasero, un montón de colores rojos, violetas y  varios pinceles pintando en el aire unas margaritas deshojándose los si y los no. Cabían letras, palabras y poemas, desvaríos variados y versos acorralados sin sentido....tan sólo "paroles", esas que no se las lleva el viento y si lo hace, el viento de vuelta las trae.
Y en este bolsillo que día a día se llenaba de ti, hasta bailaban nuestras huellas ese lento que se quedó parado en el tiempo, en el lienzo medio en blanco con los bocetos de unos recuerdos en tono de grises, con esos besos que se quedaron sin dar, con esa promesa que no se cumplió jamás.
Que este bolsillo se queda sin nada y el otro que tengo,  lleno está de lo que pudo ser y no ha sido. Vacíos se quedan los dos y con unos cuantos descosidos, que ya no tienen remiendo. Y es que a mi, eso de coser, nunca se me dio bien; ni siquiera un pequeño jirón,  ni un triste y solitario botón.



Sonia Abellán Montero©.